Glutatión y la Diabetes Mellitus

Diabetes mellitus o “diabetes sacarina” es la enfermedad glandular más común en Norteamérica. Ésta afecta de 10 a 25 millones de personas, muchas de las cuales aún deben ser diagnosticadas. Las personas diabéticas corren un riesgo mayor de lo normal de desarrollar enfermedades del corazón y ataques cardiacos, causas principales de muerte en EE. UU. y Canadá. Debido a que la mayoría de tipos de diabetes y sus complicaciones están relacionadas con el estilo de vida y el medio ambiente, esto es un su mayoría un problema que se puede prevenir.

La diabetes mellitus es un trastorno de insulina que afecta el metabolismo del azúcar del cuerpo. La importante hormona de la insulina es responsable de la absorción del azúcar en las células para proporcionar energía cuando se requiere y en el hígado y células adiposas para el almacenamiento de energía. Existen dos tipos principales de diabetes mellitus.

En la diabetes mellitus Tipo 1, las células que producen la insulina en el páncreas se encuentran destruidas. El paciente puede llevar una vida normal inyectándose insulina regularmente. De no hacerlo así, la persona podría sufrir un coma y morir.

En la diabetes mellitus Tipo 2, la producción pancreática de insulina se ve disminuida o el cuerpo pierde gradualmente su habilidad para utilizarla. Ésta es por mucho, la forma más común de diabetes y está normalmente relacionada con los malos hábitos alimenticios, la obesidad y un estilo de vida inadecuado.

Ambos tipos de diabetes, 1 y 2, se caracterizan generalmente por un alto nivel de azúcar en la sangre (hiperglucemia) pero en casos de sobredosis de medicamentos o enfermedad/estrés durante el medicamento, los niveles de glucosa en la sangre pueden desplomarse (hipoglucemia). Ambas situaciones son potencialmente serias. La hiperglucemia provoca sed y ganas de orinar excesivas, fatiga, pérdida de
peso y deshidratación. Algunas veces, las enfermedades que atentan contra la vida (coma hiperosmolar o cetoacidosis) podrían generarse debido a altos niveles de glucosa. Éstas son emergencias médicas que requieren hospitalización inmediata.

Algunas personas con diabetes se inyectan insulina o toman pastillas para disminuir los niveles de glucosa en la sangre y son susceptibles a las
complicaciones producidas por los bajos niveles de azúcar en la sangre. Esto podría ocurrir porque toman muchos medicamentos, se pierden alguna comida, aumentan su consumo de energía, se debilitan o se ponen ansiosos o sufren cualquier tipo de estrés. Esta condición debe ser también tratada de inmediato.

Generalmente, una bebida o un alimento dulce es suficiente y da resultados rápidos. Aparte de las emergencias que resultan de estos desequilibrios de azúcar en la sangre, la mayoría de las personas diabéticas se enferman por causa de las complicaciones de la diabetes misma. De éstas existen dos tipos: la capacidad reducida de luchar contra la infección y el daño al sistema circulatorio, incluyendo tanto los vasos sanguíneos pequeños como los más grandes. Estas complicaciones pueden causar problemas sintomáticos con los ojos, músculos, riñones y vejiga. Además, pueden reducir los niveles de energía, estimular la sed y causar cosquilleo en las extremidades. La acumulación de placa cardiovascular es otro resultado de las complicaciones de la diabetes.

LA DIABETES Y EL SISTEMA INMUNITARIO

Las personas que padecen de diabetes deberían ser consideradas como inmunitariamente vulnerables ya que están propensas a una mayor cantidad de infecciones de las que normalmente se pueden resistir. Su sistema inmunitario podría ser arrollado por aftas y otras infecciones fúngicas de la piel y hasta del torrente sanguíneo. Las infecciones bacterianas son más comunes y sus consecuencias podrían ser muy serias como la gangrena (principalmente en los pies y dedos de los pies) y la sepsis. Las personas con diabetes que sufren cualquier tipo de infección deben ser tratadas de inmediato y con persistencia.

La mayoría de enfermedades y muertes en personas diabéticas se debe al daño circulatorio por enfermedad del corazón, infarto del miocardio, alta presión arterial, arterosclerosis, apoplejía, insuficiencia renal, neuropatía, ceguera y otros efectos de deficiencia en la circulación de la sangre. De hecho, las complicaciones diabéticas son la causa principal de ceguera en EE. UU. Las personas con diabetes son más propensas a padecer cataratas y glaucoma.

EL PAPEL DEL GLUTATIÓN EN LA DIABETES

El GSH (glutatión) juega un papel muy importante en la lucha contra la diabetes. Hemos visto que puede prevenir problemas circulatorios tales como la arterosclerosis y los infartos (la causa principal de muerte por diabetes). El GSH también mejora el sistema inmunitario. Se podrían evitar muchas visitas al médico y al hospital si los diabéticos fueran menos propensos a las infecciones. Los niveles elevados de GSH pueden ayudar aportando:

1. Apoyo al sistema inmunitario contra las infecciones
2. Disminución del estrés oxidante de la hiperglucemia
3. Disminución de la acumulación de plaquetas
4. Prevención de complicaciones vasculares incluyendo:
– Arterosclerosis (así como enfermedades del corazón y ataques cardiacos)
– Nefropatía (daños renales)
– Retinopatía (daños en la retina)
– Neuropatía (daños en los nervios)

De esta forma, el GSH puede ayudar a un sistema inmunitario débil a combatir las infecciones causadas por bacterias y hongos, ayudar a una mejor circulación para evitar el endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis), las deficiencias renales (nefropatía), la pérdida visual (retinopatía) así como los problemas neurológicos (neuropatía). De la misma manera, es capaz de retrasar el estrés oxidante y la anemia en pacientes sometidos a diálisis.

Está claro que los pequeños vasos sanguíneos de los diabéticos están sujetos a una degeneración acelerada, sin embargo, las causas de esta particular enfermedad están todavía siendo identificadas. Estudios recientes han demostrado que los diabéticos son más susceptibles que otras personas al estrés oxidante y la formación de radicales libres. De hecho, la sangre y los tejidos de los diabéticos se caracterizan por una deficiencia crítica de GSH. Los estudios de R.K. Sundaram sugieren que esta deficiencia oxidante precede a las complicaciones subsecuentes de la diabetes. K. Yoshida y su equipo de investigación han demostrado que una síntesis baja o deficiente del GSH lleva a un aumento en el daño celular y a otras complicaciones. Yendo un paso más lejos, las pruebas de Thornalley revelaron una relación entre los bajos niveles de GSH con mayores las complicaciones de la diabetes. S.K. Jain y R. McVie sugieren que los bajos niveles de GSH, característica de la diabetes, desempeñan una función en la secreción deficiente de insulina en pacientes diabéticos no controlados.

Muchos investigadores han establecido una relación entre bajos niveles de GSH y una mayor probabilidad de sufrir daños endoteliales con una mayor acumulación de plaquetas.

Otros investigadores han estudiado más específicamente la relación entre el GSH con complicaciones aisladas tales como hipertensión, neuropatía o nefropatía diabéticas, obteniendo resultados muy favorables. El papel que desempaña el GSH protegiendo los glóbulos rojos del daño que causa el estrés oxidante en el caso de diálisis renal también es muy prometedor.

Estudio de Caso

Deana era una empresaria motivada y emprendedora quien desarrolló un centro de salud y bienestar a pesar de que ella misma sufría de un caso muy severo de diabetes. Cada vez más fatigada, esta tejana de 32 años continuó haciendo funcionar su centro incluso después de haber recibido y rechazado un trasplante de riñón y de haber fracasado con los tratamientos de diálisis y de vista.

Más adelante, desarrolló una infección crónica en los pies que requería de desbridamiento semanal del tejido muerto. Su médico temía que tuvieran que recurrir a la amputación. Entonces, ella empezó a tomar altas dosis de un aislado de proteína de suero, y notó que sus niveles de energía aumentaban después de varias semanas; mejoraron sus resultados en los exámenes de las funciones del riñón y sus niveles de hemoglobina aumentaron; las dosis para tratar su anemia y la hipertensión disminuyeron o fueron eliminadas y su circulación periférica se mejoró. Cinco meses después, el pie le sanó y desde entonces, Deana se casó y sigue haciendo funcionar su clínica.

CONCLUSIÓN

Los daños en la circulación contribuyen substancialmente a las complicaciones de la diabetes y el GSH ayuda a combatir el estrés oxidante que contribuye a estos daños. De hecho, la sangre y los tejidos de los diabéticos se caracterizan por contener niveles críticamente bajos de GSH. Estas complicaciones podrían ser minimizadas o incluso evitadas si los diabéticos fueran menos propensos a las infecciones, y mantener altos los niveles de GSH podría ayudar a lograrlo.